En un entorno natural rodeado de campos, bosques y viñedos, se encuentra una masía con 800 años de historia, edificada por los árabes con piedras que permanecen intactas tras siglos. Esta casa singular ha sido testigo del paso del tiempo, acogiendo a nueve generaciones de una misma familia que la ha cuidado con esmero generación tras generación. Hasta la década de 1990, la familia se reunía aquí para trabajar las tierras y disfrutar del contacto con la naturaleza. Posteriormente, se convirtió en un refugio para escapadas de fin de semana y finalmente abrió sus puertas al turismo rural, invitando a los visitantes a explorar su historia y encanto. Actualmente, además de ofrecer alojamiento y comodidades modernas, la masía presta servicios para organizar eventos de todo tipo, incluyendo bodas, comuniones, celebraciones familiares o encuentros empresariales. Aunque ha sido cuidadosamente restaurada, conserva aún espacios originales como las antiguas zonas destinadas a los animales y elementos históricos que narran su pasado, convirtiéndola en un lugar lleno de autenticidad e historia ideal para cualquier celebración especial.